La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, decidió reducir su sueldo neto mensual en $59,558.53, para quedar en una percepción neta mensual (después de impuestos) de $120,392.60. Su sueldo bruto –mensual- asciende a $262,634.00

La presidenta Taddei se apega a la norma constitucional, que determina que ningún servidor público debe tener un sueldo mayor al del presidente de México, que según el dato más reciente cobra $120,948.00 al mes, después de impuestos y contribuciones de seguridad social. El dato es que el presidente de la República gana $555.40 más que la presidenta del INE.  

En identidad de propósitos con su jefa, el jefe de oficina de la consejera presidenta del INE, redujo su sueldo neto mensual en $32,210.22, para quedar con una percepción neta mensual de $119,985.98. El sueldo mensual –bruto- de ese funcionario electoral es de $220,295.00

La consejera presidenta del INE ganará, cada mes, $406.62 (cuatrocientos seis pesos 62/100) más que su jefe de oficina, y éste ganará $962.02 menos que el Titular del Poder Ejecutivo de la Unión.

Los tres nuevos consejeros del INE recibirán un sueldo bruto mensual igual al de su colega la consejera presidenta. Pero su sueldo neto mensual será de $179,951.13 Una diferencia de $59,558.53, producto de que ellos tres no renunciaron a la diferencia que los hace ganar más que el presidente de México. No violan la Constitución, porque una decisión de la SCJN los protege y ampara.

En el papel el presidente de México gana cada mes, después de impuestos, el equivalente a 19.44 salarios mínimos. El jefe de oficina de la consejera presidenta del INE gana el equivalente a 19.28 salarios mínimos al mes. La diferencia es de un 0.8%

Algo va mal.

El artículo 123 constitucional dice que “para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad”. Suponiendo que el trabajo de la consejera presidenta del INE sea igual al de sus colegas consejeros electorales, pagarle menos viola la Constitución. Entre los observadores del acontecer electoral ronda la pregunta de si Guadalupe Taddei se bajó el sueldo para cumplir con la Constitución, para mandar una señal de paz al inquilino de Palacio, o las dos cosas.

Lo que tenemos en materia de remuneraciones a servidores públicos es que a partir de enero de 2019 todo se volvió bizarro. Hay un absoluto y soberano desorden.

La causa de esa situación fue una doble ocurrencia presidencial. La primera fue poner en la Constitución que ningún servidor público podría ganar más que él, lo que en primera instancia parecía sensato. No lo fue, desde el momento en que, sin fundar ni motivas su ocurrencia, el presidente de México fijó para sí mismo, de manera discrecional y arbitraria, su sueldo mensual.

Discrecional porque no se sometió a una regla o criterio basados en estudios. Arbitrario, porque lo hizo por su voluntad, por su capricho. 

Es público y notorio que el presidente de México no paga renta, luz, agua, internet, telefonía celular o fija, gasolina, alimentos, empleados domésticos, y otros gastos que cualquier mortal debe cubrir con su sueldo o salario. El presidente desayuna, come y cena de gratis, al igual que su familia. Como dice que no tiene cuenta bancaria alguna, nadie sabe cuánto y cómo recibe su sueldo y otras percepciones. La opacidad impera en la información de lo que a los contribuyentes cuesta mantener al presidente en el Palacio Nacional. Supongo que por ese, entre otros motivos, quiere desaparecer al INAI

Con justa razón, son decenas, o cientos, los servidores públicos amparados contra la arbitrariedad presidencial de reducirles sus ingresos, solo por un insano capricho. Lamentablemente son miles los que prefirieron dejar sus trabajos, dejando al gobierno sin lo mejor que teníamos.

Que la consejera presidenta del INE gane menos que el presidente, santo y bueno. Que su jefe de oficina gane casi lo mismo que ella, es parte del desorden.  

(Los datos están disponibles en https//directorio.ine.mx)