img

¿Votar o no votar?

Según el manual de integridad electoral, las 3 reglas base para una elección libre y justa son: la seguridad en las reglas, la confianza en las autoridades, y la incertidumbre sobre el resultado.

La elección judicial en curso está marcada por la inseguridad en las reglas, la desconfianza en las autoridades electorales y la certidumbre de que los ganadores ya están definidos.

En una frase, ya decidieron quienes serán ministros, magistrados y jueces. Solo falta hacer la elección. Eso es un fraude.

Ni ayer ni hoy han estado bajo análisis, ni a debate, los perfiles y trayectorias de los miles de candidatos, de los cuales unos cuántos tuvieron -u obtuvieron- los recursos para emprender giras y difundir sus propuestas. Tampoco hay pronósticos demoscópicos sobre posibles ganadores. En las columnas de los diarios se especula cuál de las tres ministras patrocinadas por el expresidente López Obrador, saltará a la presidencia de la futura ICJN (Ínfima Corte de Justicia de la Nación).

Sintomático resulta que en el debate en la opinión pública (“que es la opinión publicada”, Granados Chapa dixit) una pregunta domina: ¿votar o no votar?

Con Perogrullo reconozco que ir o no a votar es una decisión personal, que cuando se produce en libertad, merece respeto. Recordemos el civismo de la democracia: el voto es individual, libre, directo y secreto. La jornada electoral es el día en que, por definición, cada ciudadano vale lo mismo. Es el momento de la igualdad ciudadana plena, formal, pero real. En la suma de voluntades se genera el resultado, que otorga legitimidad al ganador. Siendo individual, el voto solo cobra valor y sentido en colectivo. “Que los votos cuenten y se cuenten”, fue la demanda que emergió del fraude electoral de 1988. Déjá vu

Llamar a la abstención es un derecho que forma parte del entramado democrático. Es una modalidad del ejercicio de la libertad de los modernos (diría el politólogo italiano Umberto Cerroni) En México y otras naciones la resistencia civil encontró en el llamado a la abstención electoral uno de sus instrumentos de acción. Recuerdo que en los años 60 y 70 del siglo pasado era de uso común el término “abstención activa”, por el que se invitaba a los ciudadanos a no votar, y a salir a las calles para protestar.

Quienes el domingo 1 de junio decidan ir a las casillas para votar por los candidatos que compiten para conservar su cargo en el Poder Judicial, tienen una motivación y un propósito loables. Es cierto, hay magistrados y jueces respetables incluidos en las boletas. Ojalá permanecieran en sus cargos. Pero eso no lo decidirá el voto libre.

Es casi imposible que gane alguien no incluido en las planillas que el Partido Morena y aliados están entregando a los millones de electores que serán llevados a las urnas, coaccionados por empleados públicos y promotores a sueldo de Morena, disfrazados de observadores electorales. El modelo de control y coacción de la 4T se replica en estados con gobiernos de partidos opositores (o que dicen serlo), como en Nuevo León. (Nota de la reportera Regina Vega en Reforma, primera plana, 22.05.25).

Como es sabido, por vez primera en la historia electoral de México las boletas sobrantes no serán inutilizadas. Por ese hecho es que no es prudente anular el voto. Quien lo haga, deja abierta la posibilidad de que las boletas que anule sean sustituidas por boletas sobrantes, cruzadas de manera fraudulenta para favorecer a los candidatos subordinados a la 4T. Por ese motivo, hago una atenta recomendación: no anular el voto tachando todas las boletas. Habrá quien opte por llevárselas a casa, lo que es más adecuado. Serán un recuerdo del día en que regresamos al fraude electoral.

También debemos tener en cuenta que entre las irregularidades que marcan la elección judicial una destacable es que en la noche del domingo 1 de junio no habrá programa de resultados preliminares (PREP). Sin embargo, de manera que llama a sospecha, la presidenta del INE informó, en privado, a los consejeros que ha contratado asesores para diseñar una muestra de casillas, de las que -dice ella- se obtendrá una estimación del porcentaje de participación ciudadana, que ella misma dará a conocer la noche del domingo 1, después de las 23 horas. No será sorpresa que el porcentaje que pregone sea coincidente con la meta fijada desde Palacio Nacional.

Posdata. Habrá que estar atentos a los reportes que darán las misiones de expertos internacionales, a los que el INE invitó, con cargo a su presupuesto, a venir a México para presenciar el proceso judicial y la jornada electoral. Tres de ellas merecen atención. OEA, IDEA y UNIORE. Un grupo de ciudadanos nos reuniremos con las dos primeras, para darles nuestros análisis y opiniones. Lo que expresamos a los visitantes internacionales podrá ser leído en la edición de junio de la revista Voz y Voto.  

Sígueme en: www.vozyvoto.com.mx


img

Jorge Alcocer V.

Director fundador de Voz y Voto.


Articulos relacionados

img
img

Para lectores y electores

Dice el periodista uruguayo Aram Aharonian: “Es hora de la construcción desde abajo, porque desde arriba, lo único que se construye es un pozo”.

img

La parlamentarización peruana

En 2008, Henry Pease señalaba que “cada cinco años elegimos un presidente de la República, pero si revisamos la forma en que la Constitución define sus atribuciones y la irresponsabilidad casi absolut...

img

¿Autre temps, autres mœurs?

Francia eligió a Emmanuel Macron para un segundo mandato como presidente. Cinco años después, la historia se repite, pero en circunstancias muy diferentes. Como sucedió en 2017, Macron se enfrentó nue...

brand

Voz y Voto es una publicación mensual especializada en política y elecciones, desde su primer número en 1993 es una revista única en su género, en México y América Latina.

Suscríbete

Contacto

Providencia 314-A, Col. Del Valle Norte, Alcaldía Benito Juárez, CP 03103, CDMX.
contacto@vozyvoto.com.mx
suscripcionesvyv@vozyvoto.com.mx
(+55) 5524-5588